Domingo del Juicio Final.
"Por esto todos los hombres sabrán que sois mis discípulos, si se aman unos a otros." (Juan 13:35) ...
Seremos juzgados según la medida de nuestra misericordia, es decir la medida de nuestro amor.
La palabra amor, muchas veces, es manipulada o mal entendida... La palabra amor no tiene un significado abstracto sino de acción, y nosotros seremos separados entre ovejas y cabritos según nuestras obras de amor.
Una semana antes de la Cuaresma, se llama la Semana del Juicio Final en la Iglesia.Y la Santa Iglesia en este caso se refiere al Juicio Final como el momento de la venida de nuestro Señor Jesucristo al mundo, cuando cada persona dará una respuesta ante Dios por su vida.
¿Por qué a este tribunal se le llama Terrible?
Después de todo, escuchamos todo el tiempo que el Señor Jesucristo es el amor encarnado. ¿Cómo siendo el Señor amoroso, Su venida a nuestro mundo de repente en nuestras mentes resulta ser terrible?
El hecho es que tenemos miedo de su venida. No es el Señor el terrible: nuestra alma es terrible, distorsionada por los pecados. Eso da miedo. Si abres los ojos de nuestra conciencia y te miras a ti mismo, entonces tendremos miedo. Y la Iglesia nos llama a temer nuestra imagen moral interior.
La Iglesia nos llama a temer, en primer lugar, nuestra insensibilidad, indiferencia, falta de voluntad para hacer algo por nuestros pròjimos. El que no podamos vivir de acuerdo con el mandamiento principal de Dios. Porque este camino simple propuesto por el Señor mismo es el camino del amor.
Y el mandamiento principal es muy simple: "Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todos tus pensamientos, con todas tus fuerzas y a tu prójimo como a ti mismo" (véase Mateo 22, 37-39). No podemos aprender este amor de ninguna otra manera. Y por lo tanto, cuando comenzamos a examinar nuestra conciencia, nos asusta la frialdad de nuestros corazones.
Según el plan divino, las acciones de cada persona que haya vivido en la tierra serán reconsideradas en el juicio final, que será presidido por Jesucristo, el hijo de Dios. Y esto sucederá en el momento de su Segunda Venida.
Hay muchos iconos antiguos del Juicio Final, que han sobrevivido hasta nuestros días,tenemos por ejemplo, uno en Salónica, en la iglesia de Panagia Halkeon, cuyo icono data de 1028. Y hay algunos iconos antiguos en Rusia, sobre el Juicio final, por ejemplo, en el Kremlin de Moscú de la catedral de la Asunción, el icono más antiguo que ahí se conserva, se le llama "El juicio que vendrá".
La composición misma de los iconos del Juicio Final son muy rica en actores y eventos, y han de ayudar al alma que a él se enfrenta, porque su serie en la composición se compone de tal manera de ver todo claramente y detalladamente (desde la dicha celestial al tormento de los pecadores). Normalmente en la parte superior del icono se escribe a Jesús, a ambos lados de la cual están los apóstoles. Todos ellos participan en el proceso judicial. La parte inferior del icono está ocupada por ángeles con trompetas, que llaman a todos.
Más adelante bajo Jesús está el trono (Etimasiya)… En La parte inferior de estos iconos se habla de lo que sucederá a los justos y pecadores que pasarán el Juicio Final de Dios. El icono aquí está dividido. A la derecha de Cristo puedes ver a los justos que se trasladan al Paraíso, así como a la Madre de Dios, a los ángeles y al Jardín del Edén. A la izquierda de Cristo se representa al infierno, a los pecadores y demonios, así como a Satanás.
Después del juicio, una persona tendrá un camino directo al infierno o al paraíso, según sus acciones. Se cree que este es un momento especial en la renovación del mundo, el alma puede conectar para siempre con Dios o para siempre ir al diablo. Sin embargo, la esencia de la composición no es intimidar o asustar a una persona, sino el que reflexione en sus actos cometidos por los pecados. No que se desespere y pierda la esperanza, sino que así llegue a arrepentirse y comience a cambiar.
Acerca del Juicio Final, por otro lado, se dice mucho tanto en las Escrituras como en las declaraciones de los santos...San Teófanes el Recluso,por ejemplo, habló de preparación incesante para la Segunda Venida del Señor, sin pensar en cuándo sería. Él creía que esto sucedería sin falta, pero cuando – se desconoce.
La muerte es el destino común de los hombres. Pero, ella no es la aniquilación del hombre, sino solamente separación del alma y del cuerpo. "Dios no es Dios de los muertos, sino de los vivos, ya que en Él todos están vivos."
Y vale asumir el que nuestro tiempo en esta vida terrenal no tiene precio, pues durante ese tiempo, decidimos nuestra suerte eterna. Que seamos dignos nosotros para la salvación y para nuestro regocijo. Que el regocijo de los ángeles y los hombres sea completo y hecho perfecto por medio del cumplimiento de la voluntad del Padre Celestial. Pues, “De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno de estos pequeños (seres humanos, despreciados y humillados por el pecado)” (Mateo 18:14) .
"¡Oh Dios! Cuando vengas con Gloria sobre la tierra; Y todo tiembla ante Ti; Y el río de fuego corre fluyendo ante el Estrado; Los libros estén abiertos y los secretos revelados; Entonces libérame del fuego inextinguible y hazme digno de estar a Tu Diestra, ¡Oh justo Juez!" ".
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