Cuatro monjes de Scete vestidos
humildemente vinieron una vez a visitar al bienaventurado Abba Pambo, y cada uno dio a conocer la virtud del otro en su ausencia. El primero ayunó mucho; el segundo era indiferente a las posesiones; el tercero era muy caritativo. Del cuarto le dijeron que había estado bajo la autoridad de un anciano durante veintidós años. “Os digo que la obediencia es mayor que la virtud de todos vosotros”, les respondió Abba Pambo, “porque cada uno de vosotros ha obtenido la virtud que posee por su propia voluntad, mientras que él, suspendiendo su propia voluntad, hace la voluntad de alguien más Tales personas son confesores si se mantienen firmes hasta el final.
☦Sentencias de los Padres del Desierto☦
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